02/01/2019

Sustentabilidad es un buen negocio

“En los últimos años, la RSE se ha convertido en el nuevo paradigma de gestión. Se ha afianzado la idea de que las empresas, para generar beneficio, además de tomar decisiones adecuadas, deben comportarse de manera ética”, sostiene el Arq. Pablo Swiecicki, director de ESARQ, para Mercado.

 

Gestionar riesgos y detectar oportunidades

“La gestión sustentable, ejercida con convicción y responsabilidad, permite gestionar posibles impactos negativos y gestionar riesgos que podrían evitarse. Además, permite detectar y construir oportunidades de negocio con nuestros stakeholders y aliados claves. En este sentido, estoy convencido de que la RSE y la sustentabilidad son un buen negocio”, indica el ejecutivo al ser consultado por Mercado sobre los avances en gestión sustentable.

Desafíos como minimizar el impacto sobre el medio ambiente y el cambio climático requieren de un trabajo mancomunado entre distintos actores de la sociedad. ¿Considera que las compañías han avanzado en la creación de redes y alianzas con otras empresas –incluso competidoras-, con el sector público, las organizaciones sociales y la sociedad en general, de manera de lograr resultados más efectivos? ¿Conoce algún ejemplo para citar?

Existen compañías que han logrado establecer alianzas y redes dentro del mismo sector. También existen múltiples ejemplos de trabajo con la comunidad y organismos del tercer sector que son considerados buenos socios para impulsar acciones con fines sostenibles. O iniciativas como la Red del Pacto Global, de la cual formamos parte, que son grandes espacios para discutir estas cuestiones y establecer compromisos como actores económicos responsables por el desarrollo de nuestras sociedades.

Nuestro segmento especifico, el de la arquitectura sustentable, está íntimamente ligado a los impactos en el ambiente, considerando que los edificios en el mundo están entre los principales responsables por la contaminación y la huella de carbono.

Sin embargo, vemos a través de los comitentes una preocupación cada vez mayor por estas problemáticas que los lleva a elegir socios estratégicos para diseñar y construir de una manera que tenga en cuenta factores como el cambio climático y el continuo agotamiento de los recursos no renovables.

Ahora bien, para que están acciones no sean aisladas, y logren una escala considerable, es necesaria la colaboración del Estado mediante incentivos a los usuarios y apoyo al sector privado para ofrecer servicios sostenibles a precios competitivos.

Existe una tendencia creciente entre los consumidores a elegir productos y servicios que no solo cumplan con su función sino que aporten un plus para mejorar la calidad de vida. Este hecho ¿desafía a las empresas a repensar su negocio y su oferta? ¿Conoce algún caso fáctico que lo ejemplifique? 

Nuestros clientes corporativos apuestan a ESARQ porque entienden que sus empleados y el público valoran positivamente estas cuestiones. En cuanto a los trabajadores, es sabido que desarrollar diariamente sus actividades en un edificio verde mejora notoriamente la calidad de vida lo cual tiene un impacto directo en la productividad.

Variables como el co-working, el open space, la iluminación natural, la calidad del aire interior, los espacios de relax y comunicación, son tan solo algunos de los aspectos que los usuarios valoran cada vez más.

Los consumidores hoy les exigen a las empresas que sean trasparentes y sustentables; y aprecian positivamente que así lo sean. Las empresas comprenden que esto aporta un plus de valor que permite diferenciarlos en mercados altamente competitivos.

 

¿De qué manera pueden articular las compañías su negocio diario –que requiere de buenos resultados en el corto plazo- con la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que suponen una mirada amplia hacia el futuro? Si existiera, ¿de qué manera se maneja esta tensión entre el corto y el largo plazo?

En nuestro caso, la sustentabilidad esta en el ADN de lo que hacemos. Más allá de esto, creo que es posible alinear la actividad diaria a estos objetivos, escogiendo aquellos que estén más vinculados a nuestra actividad.

Para las pymes quizás es un poco más difícil, porque vivimos atendiendo cuestiones de contingencia. Aún así, en ESARQ logramos alinear nuestro trabajo sin contradicciones. Al contrario, nos ha permitido ordenarlo y mejorarlo. 

Hoy trabajamos en los siguientes Objetivos para el Desarrollo Sostenible: AGUA LIMPIA Y SANEAMIENTO; ENERGÍA ASEQUIBLE Y NO CONTAMINANTE; TRABAJO DECENTE Y CRECIMIENTO ECONÓMICO y CIUDADES Y COMUNIDADES SOSTENIBLES.

Es importante contar con profesionales en RSE y sus distintas dimensiones que faciliten la articulación de las acciones de corto, mediano y largo plazo. Y que exista, desde ya, una fuerte convicción por parte de los altos mandos de la compañía en llevar a cabo dicha articulación.

 

¿Considera que la Argentina está alineada con las tendencias mundiales de gestión sustentable del negocio? ¿Qué falta? ¿Cuáles son los principales desafíos?

Creo que existe una intención de alinearnos a dichas tendencias, plasmadas en tratados internacionales, los lineamientos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el Pacto Global de la ONU, o directrices como la norma ISO 26000. En el ámbito corporativo, grandes empresas cuyas casas matrices están en el exterior ya tienen incorporada la gestión sustentable y el reporting de su desempeño.

En un país como el nuestro, falta que estas tendencias se consoliden en las pymes que representan cerca del 44% del PBI. En este sentido, el principal desafío es poder desenvolvernos en un contexto más estable y con menos incertidumbre para el crecimiento, con políticas que incentiven al desarrollo sostenible y a los actores que lo impulsen.

 

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