06/04/2020

Hacemos hoy, pensando en mañana

Bajo la contingencia provocada por el COVID-19, millones de personas nos encontramos ante el llamado de aislarnos socialmente para frenar la curva de contagios. Si bien muchos trabajadores ya tienen incorporado el deporte del home office, la situación actual puso a las empresas ante el desafío de seguir produciendo de forma remota, con sus equipos trabajando desde casa. 

En lo que hace específicamente a nuestro sector, algo que venimos hablando mucho desde ESARQ, es incentivar e incorporar los procesos de digitalización en la arquitectura ante escenarios cada vez más complejos y volátiles.

La revolución digital cambió la forma en que se gestiona y presenta la información. Cambiaron las técnicas de producción proyectual. Esto representa hoy una gran oportunidad para aprovechar y una fortaleza para quienes venimos trabajando en esta dirección.

Nuevas tecnologías que nos permiten trabajar eficientemente a distancia, combinadas, por supuesto, con las “habilidades blandas”, es decir, aquellas vinculadas a la comunicación, las relaciones entre las personas y la capacidad para trabajar en equipo.

En este sentido, destacamos la importancia de los sistemas de trabajo BIM (Building Information Modeling) mediante el cual se puede avanzar en el diseño de propuestas y toma de decisiones de manera colaborativa.

BIM es una plataforma que permite generar y gestionar datos de los edificios durante su ciclo de vida, valiéndose de un software dinámico de modelado en 3D. Una de sus principales ventajas es que nos ofrece una clarificación del estado actual/final del edificio, dando acceso a una mejor coordinación y detección de interferencias, sin necesidad de estar físicamente en el terreno, y en la que todos los actores, inclusive el cliente, pueden visualizar la obra.

En el marco de la digitalización, podemos mencionar también al cloud computing -“la nube”- que permite trabajar de manera remota y en simultáneo con distintas personas sin necesidad de software especiales sobre la información que se va almacenando.

En síntesis, la utilización de la tecnología Big Data, los procesos 3D y la realidad virtual, son herramientas de gran ayuda para la toma de decisiones durante el proceso de diseño y construcción. Junto con los programas de gestión y gerenciamiento de obra, el diseño arquitectónico 4.0 nos ayuda a tener un mayor control sobre los tiempos y costos, lo cual cobra particular relevancia en un contexto como el que estamos atravesando.

El escenario crítico que vivimos hoy tenderá a acelerar los procesos de digitalización y será una gran prueba para aquellos que aún no se suban a la transformación digital.

Valiéndonos de estos recursos, en ESARQ seguimos trabajando y proyectando hoy, pensando en mañana.

 


Fuentes: ESARQ | Plataforma Arquitectura